¿Hiper o hipotiroidismo?
Ambos se relacionan con el funcionamiento de la glándula tiroides, pero son completamente opuestos.
El tiroides es una pequeña glándula situada en el cuello y con forma de mariposa que fabrica las hormonas tiroxina (T4) Ia triyodotironina (T3). Ambas regulan el metabolismo y están implicadas en casi todos los procesos del cuerpo, desde el
desarrollo de los huesos al de las neuronas. Así pues, el tiroides se configura como el director de orquesta del organismo, por eso, nos sentimos tan mal cuando no funciona bien. El doctor Guillem Cuatrecasas, endocrino de la Clínica Sagrada Familia de Barcelona explica que casi todos los órganos se ven influidos por los niveles de hormonas tiroideas. “Esta hormona es vital para el organismo: controla el metabolismo (peso, colesterol), regula temperatura corporal, interviene a nivel cardiaco y neurológico, también es importante para el ciclo menstrual y a nivel cutáneo”.
HIPOTIROIDISMO
¿Qué es? EI trastorno más común de esta glándula. “Aparece cuando el tiroides produce menos hormonas de las necesarias. Puede darse porque el organismo genera anticuerpos contra esta glándula, por deficiencias de yodo -el mineral necesario para producir hormonas o por alguna intervención quirúrgica en la zona”, explican en la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). El doctor Cuatrecasas agrega: “La causa más frecuente es de tipo autoinmune (la enfermedad de Hashimoto): el propio organismo desarrolla anticuerpos contra la glándula y Ia atrofia provocando una disminución de las hormonas, o lo que es lo mismo el hipotiroidismo”. Es el trastorno tiroides más común.
¿Cómo saber si lo tenemos? “EI síntoma más común del hipotiroidismo es Ia fatiga, el cansancio, aunque también puede producir aumento de peso, piel seca, estreñimiento y hormigueos de noche”, dice el doctor. Hay grados y es frecuente que en los más leves los síntomas pasen inadvertidos. “Es una enfermedad que no surge de forma abrupta: se trata más bien de un proceso paulatino y lento. Agotamiento, intolerancia al frío, aumento de peso, cierta pérdida de memoria, estreñimiento… Es decir, se trata de síntomas muy generales por los que a menudo el diagnóstico se retrasa durante años. Asimismo, unos índices de colesterol muy elevados o una anemia repentina pueden hacernos sospechar de hipotiroidismo”, explican en la SEEN.
En general, cuanto más altos sean los niveles de TSH o tiratropina, peor está funcionando el tiroides. Por eso, para diagnosticar tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo es necesario realizar un análisis de sangre que mida los niveles. Hoyes habitual que los médicos de familia lo manden de forma rutinaria).
Tratamiento. “En el hipotiroidismo el tratamiento siempre consiste en suplir la falta de Ia hormona. Hoy en día existen múltiples dosis de tiroxina sódica. Es exactamente la misma hormona que fabrica nuestro tiroides en condiciones normales”, explica Cuatrecasas.
HIPERTIROIDISMO
¿Qué es? Lo contrario del hipotiroidismo. “Se trata del aumento de la secreción de hormonas tiroideas. Puede tener dos orígenes: o bien es autoinmune, como el hipotiroidismo, pero en este caso los anticuerpos (es decir las defensas) estimulan Ia glándula en lugar de atrofiarla, o bien aparecen nódulos en el tiroides y uno de ellos es hiperfuncionante (sería un nódulo tóxico)”, dice el doctor Cuatrecasas.
¿Cómo saber si lo tenemos? Los síntomas son “taquicardias, palpitaciones, temblor, calores, insomnio… El organismo, en este caso, está acelerado, al revés
que en el hipotiroidismo. También es muy característico, en las formas autoinmunes (en la enfermedad de Graves-Basedow), tener los ojos saltones: hay una cierta profusión del globo ocular”, añade el experto. Los síntomas que se evidencian son muy similares a cuando se está en una situación estresante, o cuando se padece mucha ansiedad (palpitaciones, sudoración: el organismo está acelerado). aunque es cierto que cualquier enfermedad que implique pérdida de peso puede confundirse con el hipertiroidismo. Pero no la afectación ocular: suele ser la mejor pista’. Como en el caso del hipotiroidismo es necesario hacer un análisis de sangre para diagnosticarlo, pero, además, en el hipertiroidismo también hay que palpar la glándula y hacer una serie de pruebas -ecografía v gammagrafía- para ver si hay nódulos. A partir de los resultados, el especialista decidirá el tratamiento.
Tratamiento. La última solución pasa por el quirófano. “Hay que extirpar el nódulo. Si es por una causa inmunológica, entonces existen medicaciones antitiroideas (carbimazole) para frenar el hipertiroidismo”, agrega el doctor. Y aquí sí que influye la alimentación: “Se suele prescribir la eliminación de sustancias yodadas (algas, berros, col.…). La soja -en dosis altas- puede provocar hipertiroidismo si existe predisposición a ello, por lo que también suele recomendarse evitarlo”.
¿SE PUEDEN PREVENIR?
“No si se deben a causas provocadas por el propio organismo (autoinmunes). No obstante, en el caso del hipertiroidismo, si existe tendencia, hay que evitar ciertos tratamientos que puedan llevar concentraciones altas de yodo (métodos
estéticos que conlleven algas tipo fucus o espirulina o extractos de alcachofa). También hay que tener cuidado con un laxante (fuca) si hay predisposición”. Y
los hábitos de vida ¿ayudan? “Realmente no se modifica la función del tiroides
ni haciendo más ejercicio ni variando Ia alimentación. Quizá tan solo evitar situaciones de estrés sea Ia única forma de prevenirlo”, dice Cuatrecasas. Y es
que la ansiedad permanente, el estrés crónico, influyen, pero no ya en el hipotiroidismo sino en el hipertiroidismo.
LA ALIMENTACIÓN AYUDA
Si tiene hipertiroidismo. Evite la sal yodada pues activaría aún más el tiroides (reemplácela por sal dietética). El hipertiroidismo suele elevar Ia tensión arterial, así que hay que vigilar los alimentos ricos en sal: embutidos, quesos, conservas, ahumados, precocinados y algas. Conviene tomar verduras crucíferas (coles de Bruselas, repollo, col, brócoli…), naranjas, legumbres y cacahuetes, todos ricos en ácido cafeico, un antioxidante con propiedades antitiroideas; castañas, nueces, uvas y granadas, por su alto contenido en ácido elágico que regular el exceso de trabajo del tiroides; espárragos, perejil, patatas y melón por el litio, que impide que el tiroides capte el yodo.
Si tiene hipotiroidismo. Son beneficiosos los alimentos ricos en yodo como marisco, lácteos bajos en grasa (desnatados), sal yodada, espinacas, berros y verduras de zonas cercanas al mar. Conviene tomar entre tres y cuatro raciones
de marisco o pescado de mar (ya sea fresco, congelado o en conserva) por semana. Es una importante fuente de yodo y aporta minerales (fósforo, hierro y sodio), proteínas de alta calidad, vitaminas A, D y del grupo B, y Omega 3. M.T.Tous