Correr bien no es tan fácil como parece
Hasta un 70% de los ‘runners’ necesitará atención médica en algún momento de su vida debido a este deporte
Sofía Larrucea
El running nunca había estado tan de moda. Cada vez son más los adeptos a este deporte. En Estados Unidos ya ha cautivado a más de 50 millones de personas y genera anualmente un negocio de 3.000 millones de dólares (2.650 millones de euros). Si bien todo deporte es beneficioso para la salud, mal practicado también puede ser una fuente de riesgos. Y muy especialmente si nos referimos al running. A diferencia de otras disciplinas, correr es una actividad de impacto, por lo que las articulaciones pueden sufrir. Músculos, tendones, ligamentos, son múltiples las estructuras que pueden dañarse y que pueden derivar en tendinitis, fascitis plantar o periostitis, por ejemplo. De hecho, se calcula que hasta un 70% de las personas que practican este deporte necesitará atención médica en algún momento de su vida debido a una mala praxis.
“Mucha gente se piensa que correr es algo que sabe hacer todo el mundo, pero no es así, es un deporte que requiere técnica”, afirma Hernán Silván, médico especialista en recuperación de atletas de la clínica Puerta de Alcalá de Madrid y apasionado del running desde hace más de 20 años. Una parte fundamental de esta técnica consiste en realizar lo que se conoce como el entrenamiento invisible. Es decir, seguir una serie de pautas antes y después de correr para conseguir la recuperación adecuada del músculo y evitar, por tanto, la aparición de lesiones. De este modo, antes de ponerse en marcha es fundamental realizar un buen calentami
ento e hidratarse adecuadamente, pues debe recordarse que nunca se debe beber mientras se está corriendo (salvo excepciones como una maratón). Asimismo, una vez se ha acabado de correr, también es importante realizar estiramientos al menos durante diez minutos y, sobre todo, mantener un buen descanso. “Si no hemos podido dormir siete u ocho horas, es mejor que al día siguiente no entrenemos, pues si el músculo no ha tenido tiempo de descansar es muy probable que suframos una lesión”, advierte el especialista Silván quien, a su vez, explica que el perfil de la persona que suele lesionarse acostumbra a ser un hombre de entre unos 35 y 60 años. “Suelen ser personas que, tras un tiempo sin hacer deporte, vuelven a retomarlo y se olvidan de que su cuerpo ya no es el mismo al que tenían 20 años atrás”, explica. Para ellos es recomendable que, además de seguir las pautas del entrenamiento invisible ya comentadas, empiecen a retomar este deporte de manera escalonada. Es decir, no correr cada día sino hacerlo cada dos durante los dos primeros años. Asimismo, se aconseja no empezar a correr directamente, sino más bien ir combinándolo de manera progresiva con caminar a paso ligero. Sin olvidar la importancia que tiene el no realizar carreras populares durante al menos los primeros tres años de entreno. “El riesgo de lesionarse es casi seis veces mayor en un corredor que compite respecto al que no”, señala el médico Silván. Las lesiones producidas por este deporte pueden ser muy limitantes. El tratamiento se basa, además de en medidas fisioterapéuticas, en medidas farmacológicas, tan necesarias como eficientes para aliviar de manera rápida el dolor.