Llegan los desfibriladores subcutáneos sin cables
Consiguen recuperar el ritmo cardiaco normal en caso de fibrilación ventricular
FRANCESC TORELLÓ. Cuando el latido cardiaco no tiene el ritmo adecuado los desfibriladores implantables son capaces de enviar un estímulo y devolver al corazón el ritmo normal. Estos dispositivos constan de unos electrodos que se conectan por un lado al corazón y por el otro al desfibrilador, que se aloja debajo de la piel, cerca de la clavícula. Los cables se dirigen a través de las venas que van hasta el órgano cardiaco. Pero aunque los desfibriladores han supuesto uno de los mayores avances de la cardiología, la utilización de cables a la larga puede representar riesgo de rotura, infección y taponamiento de venas.
Para dar respuesta a esta problemática, recientemente han aparecido los desfibriladores sin cables, representando un importante avance en el tratamiento de arritmias cardiacas. El hospital Clínic de Barcelona es el primer centro de Cataluña en implantar el nuevo sistema S-ICD, desarrollado por Boston Scientific, el único desfibrilador cardíaco subcutáneo del mundo para el tratamiento del paro cardíaco.
El desfibrilador subcutáneo no requiere ningún cable intracardiaco. Consta de una batería con un cable externo, que es el que enviará el choque eléctrico, que se coloca en el pecho, junto al esternón, de manera totalmente subcutánea. A diferencia de los desfibriladores convencionales, no necesita ninguna vena para pasar el cable porque se implanta de forma externa. Por ahora únicamente se puede utilizar para dar un choque eléctrico cada vez que detecta una arritmia ventricular. Es decir, no permite estimular el corazón y, por tanto, no puede realizar la función de marcapasos. En cualquier caso, y como se explicó en el número anterior, casi de forma paralela han aparecido también los marcapasos sin cables.
El principal inconveniente que presentan ambos es que sólo pueden estimular una sola cámara, el ventrículo derecho. Pero los profesionales son optimistas y creen que en poco tiempo aparecerán los dispositivos bicamerales, para aurícula y ventrículo derechos, y tricamerales, añadiendo el ventrículo izquierdo.
Este novedoso dispositivo representa un importante avance sobre todo para niños y jóvenes con patología cardiaca con riesgo de muerte súbita, por enfermedades genéticas por ejemplo, que no necesitan estimulación cardiaca pero sí un desfibrilador para que actúe en caso de fibrilación ventricular. No tienen taquicardias, lo que requieren es un dispositivo que les de un choque en caso de necesitarlo, explica el cardiólogo y director del hospital Clínic de Barcelona, Josep Brugada. El hecho de no tener que utilizar venas para colocar los cables del desfibrilador representa una gran ventaja para estos pacientes jóvenes. Y es que poner cables en el corazón implica ir taponando venas que,
con el paso de los años, pueden necesitarse para poder tratar determinadas patologías cardiacas. Un niño en fase de crecimiento va a requerir cambiar los cables a medida que crece. A veces se tienen que quedar cables abandonados en el corazón porque no se pueden extraer, algunos se rompen, otros se infectan
y la larga puede suponer inconvenientes para otras intervenciones, aclara el director del Clínic.
De momento se utiliza únicamente en casos especiales. Lo colocamos en personas que tienen problemas de acceso venoso, pacientes que antes no tenían muchas alternativas y quizás la única opción era implantar directamente el desfibrilador y el cable en el corazón, una intervención mucho más agresiva, señala Brugada. Con el tiempo se irá evaluando su utilidad. Por ahora estos desfibriladores no sustituirán a los existentes, sino que representarán una alternativa en una población determinada. Pueden ser pacientes que llevan un dispositivo desde pequeños y éste se ha ido recambiando. Esto supone que quizás lleven dos o tres cables en el corazón, un cuarto cable ya no cabe y se tienen que plantear nuevas soluciones. Es una opción que antes no teníamos, añade este cardiólogo. Hace muy poco que se han empezado a utilizar los desfibriladores sin cables, concretamente, en el hospital Clínic de Barcelona se colocan desde principios de año. Brugada está convencido de que en un futuro se dispondrá de desfibriladores sin cables con función de marcapasos y tricamerales.