La obesidad infantil en España, un desafío multifactorial
En su abordaje se debe analizar la composición nutricional de los alimentos y su frecuencia de consumo.
En España, la mitad de los adultos presenta exceso de peso u obesidad, aunque las cifras más preocupantes son las que retrata el panorama infantil. Uno de cada tres niños españoles entre ocho y 16 años tiene más peso del recomendado, una situación que convierte a España en uno de los países de Europa con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil.
La obesidad infantil es un problema complejo, cuyas consecuencias pueden afectar a los niños y jóvenes a nivel físico, mental y también social. La obesidad infantil se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer, problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares desde una edad temprana. A nivel de salud mental, puede provocar problemas de autoestima, depresión y ansiedad, enfrentándose a una probable discriminación social. La obesidad es una enfermedad multifactorial, influenciada por la alimentación, la actividad física, el descanso, el estrés,ciertas afecciones médicas, la genética y otras circunstancias. En los últimos años, el estilo de vida sedentario y el uso excesivo de pantallas han contribuido de forma importante al aumento del sobrepeso en niños y jóvenes, junto con la falta de tiempo de los padres.
Importancia de la dieta diaria
Para abordar este problema hay que prestar especial atención a la alimentación, teniendo en cuenta no solo la composición nutricional de los alimentos, fijándonos en aquellos con un alto contenido en sal, grasas o azúcares, sino también la frecuencia de consumo. Un estudio del investigador Jesús Rodríguez Huertas, de la Universidad de Granada, sobre el consumo de azúcares añadidos en niños españoles entre 9 y 12 años concluye que las principales fuentes de ingesta diarias de azúcares son las galletas (13,3%), el cacao en polvo (11,11%), los yogures azucarados (9,9%) y los lácteos (8,6%). A la cola de este ranking aparecen las bebidas refrescantes como uno de los productos con menor contribución a la ingesta de azúcar.
Estos resultados están en línea con los datos del estudio ALADINO 2019 en España, que señala que los derivados lácteos, junto con los yogures bebibles o las leches fermentadas, son las más consumidas: el 27% o de la población infantil los consume a diario. Les siguen los néctares, batidos y bebidas vegetales, ya que el tres por ciento de los niños los consume a diario. Y por detrás, los refrescos, con un consumo diario de un uno por ciento. Otro elemento crítico es concienciar a los padres sobre la realidad y la gravedad del problema. Según el mismo estudio ALADINO, el 80% de los padres percibe el sobrepeso u obesidad de sus hijos como saludable. Los padres son los principales responsables de la dieta diaria de los niños, junto con las escuelas y comedores escolares, por lo que su involucración y concienciación es clave para inculcar buenos hábitos de alimentación desde edades tempranas. L.C.