Los beneficios de comer en familia

Comer es también un acto social. Sobre todo en nuestra cultura, donde muchas de las celebraciones tienen lugar alrededor de una mesa. Nos sentamos juntos para celebrar con la familia o con los compañeros de trabajo, las fiestas importantes se acompañan de una buena comida, incluso tenemos comidas de trabajo. Y no es tanto por lo que se comparte sobre el mantel, sino por lo que rodea al hecho de sentarnos juntos a compartir. Pero comer con otros no debe reservarse solo para momentos especiales.

La comida familiar es el momento en el que se reúnen todos o casi todos los miembros de una misma familia para compartir una comida estructurada, independientemente de la hora en que se realiza; constituye una actividad central y un particular punto de encuentro en la vida diaria de sus miembros, vital para fortalecer la unidad y cohesión familiar. En el caso de los niños comer en familia de forma habitual favorece la adquisición de los hábitos y las conductas alimentarias. Les ayuda a explorar nuevos alimentos, a conocer recetas ligadas a la propia tradición y cultura y contribuye a mejorar su patrón alimentario.  A mayor número de comidas en familia, menor riesgo de obesidad.

En los últimos años, diversos estudios han demostrado que comer juntos ofrece muchos otros beneficios para la salud. Una encuesta reciente de la Asociación Americana del Corazón así lo respalda. Un abrumador 91 por ciento de los padres dijeron que su familia está menos estresada cuando comen juntos. Compartir las comidas con otros es una magnífica forma de reducir el estrés, aumentar la autoestima y mejorar la conexión social, sobre todo para los niños. Además de mejorar los hábitos alimentarios, la participación en la mesa familiar mejora el rendimiento escolar y previene la aparición de problemas de salud mental en los adolescentes.

Sin embargo, en España, la frecuencia con que la familia come junta ha descendido en las últimas décadas como recogió el informe “Comer en familia: hacer de la rutina salud” elaborado en 2014 por las doctoras Beltrán y Cuadrado para el Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia. Solo el 37,3% de los progenitores españoles come habitualmente con sus hijos (diez o más comidas semanales), mientras que el 28,6% de los encuestados realiza con ellos menos de una comida o cena al día.

Quizá no haya mayor legado que podamos hacer a nuestros hijos que haber compartido tiempo con ellos. Y en ese espacio, las comidas familiares ocupan un lugar principal. José Manuel Moreno. Director del departamento
de pediatría. Clínica Universidad de Navarra.

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