Así serán las enfermedades infecciosas en unos años
Nuevas zoonosis, fiebres hemorrágicas, virus reemergentes y resistencias a antibióticos pintan un nada halagüeño futuro. Las enfermedades infecciosas se han convertido en uno de los primeros problemas de salud pública mundial.
La pandemia por covid-19 ha acaparado la atención médica y científica en los dos últimos años, lo que ha limitado la asistencia a otros problemas de salud. Pero, la presencia de SARS-CoV-2 también ha traído, en cierta medida, un mensaje constatado: las enfermedades infecciosas están aquí y seguirán estándolo en los próximos treinta años, al menos.
Una noticia nada halagüeña con la que arranca el Informe sobre Enfermedades Infecciosas en 2050, realizado por más de 30 expertos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) y en el que se destaca que las patologías transmisibles seguirán siendo uno de los mayores problemas de salud en 2050; situación para la que se reclama una estrategia sólida de anticipación que permita abordar adecuadamente las nuevas emergencias derivadas de patógenos infecciosos y otras reemergentes.
“A pesar de que en los últimos años el tiempo transcurrido entre la emergencia de un agente viral y la identificación del agente causal ha sido menor, en toda la historia de las enfermedades infecciosas nunca se ha anticipado la emergencia de un agente viral. Y este aspecto es de vital importancia para afrontar una futura pandemia”, según Antonio Rivero, presidente de la Seimc.
¿Cómo serán las enfermedades infecciosas en 30 años? Nuevas zoonosis, como los conocidos SARS-Cov-2 o el virus de la viruela del mono, fiebres hemorrágicas, virus reemergentes, que se verán agravadas por la negativa influencia del cambio climático y de las temperaturas al alza, unido todo al paulatino aumento de las resistencias a los antimicrobianos, conforman un futuro en que la patología infecciosa sería la primera causa de muerte por enfermedad.
Falsas percepciones
José Miguel Cisneros, director de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Parasitología del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, ha reconocido que ha habido extraordinarios logros en este ámbito, pero las enfermedades infecciosas “se han convertido, sin haberlo visto venir, en uno de los mayores problemas para la salud pública mundial. Se estima que, de seguir así, lo serán aún más en 2050, pasando a ser la primera causa de muerte por enfermedad”.
A su juicio, esta situación, “es tan paradójica como preocupante, pues demuestra que la estrategia actual de respuesta frente a las enfermedades infecciosas no sirve, porque no evita pandemias como la covid-19”, por lo que insiste en que “necesitamos cambiar a una estrategia de anticipación”.
Federico García, vicepresidente de la Seimc, considera que existe la falsa percepción de que los sofisticados sistemas asistenciales y el potente arsenal terapéutico antiinfeccioso disponibles son herramientas capaces y suficientes para resolver cualquier amenaza infecciosa. Pero, el desarrollo de multiresistencias a los antimicrobianos y las nuevas amenazas zoonóticas, “desmienten tan erróneos augurios; la covid-19 tiene aún un futuro incierto, aparecen infecciones reemergentes y olvidadas y, en ausencia de una vacuna, la endemicidad del VIH sigue presente”.
Además, ha insistido en que “el problema que supone esta falsa sensación de seguridad respecto a las enfermedades infecciosas y sus consecuencias se agrava con la pérdida de interés de las autoridades sanitarias por las mismas”.
A pesar de que en los últimos dos años, la covid-19 se ha instalado como una pandemia mundial, existe otra, una ‘pandemia silenciosa’, que avanza progresivamente: la de la resistencia a los antibióticos. De hecho, la OMS ya puso de manifiesto en 2021 que la resistencia a los antimicrobianos se situaba entre los diez primeros problemas de salud mundial.
El tiempo se acaba
Para Rafael Cantón, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid, dos son los mensajes prioritarios: “el tiempo se nos acaba y necesitamos nuevos antibióticos”, teniendo en cuenta que en el año 2019 se produjeron en el mundo 1,27 millones de muertes directamente relacionadas con infecciones por bacterias resistentes.
En España, los últimos informes nos sitúan, dependiendo de los microorganismos, en índices superiores de resistencias con respecto a otros países desarrollados: entre un 10-15% de tasas más elevadas de resistencias.
Incluso antes de 2050, es posible que la mortalidad en el mundo por infecciones por bacterias multirresistentes “supere a las debidas al cáncer y no podamos abordar procedimientos médicos habituales como intervenciones quirúrgicas o trasplantes de órganos”, insiste Cantón, quien haciendo referencia al Plan Nacional de Resistencias a Antibióticos señala que “le falta impulso, intra y extrahospitalario, y sobre todo, financiación”.
Rivero y García han vuelto a recordar que “la magnitud del problema de salud actual y venidero que representan estas enfermedades resalta, aún más, la necesidad de tener especialistas en enfermedades infecciosas en España”, insistiendo en que esta situación deja en evidencia a nuestro país por esta situación anacrónica e injustificable de ser el único en la Unión Europea que aún no ha reconocido la especialidad médica de enfermedades infecciosas.
Situación insólita
“Es una situación insólita que contrasta con la alta demanda asistencial que originan y con el protagonismo de las enfermedades infecciosas en los últimos años”, destaca Rivero.
Además, y según García, esta situación imposibilita disponer de un marco adecuado para la formación de nuevos especialistas en enfermedades infecciosas, lo que “va a poner en riesgo la continuidad de la atención a los pacientes estas patologías”.
El informe, realizado por más de 30 microbiólogos e infectólogos, se ha materializado en un libro que en 16 capítulos analizan los aspectos de las enfermedades infecciosa que podrían tener mayor relevancia en nuestro país en 2050.
Sus objetivos principales son: contribuir a realizar este cambio señalando los riesgos que se avecinan y proponiendo las medidas y los recursos necesarios para anticiparnos a las nuevas pandemias que vendrán; recordar a las autoridades sanitarias que las enfermedades infecciosas son parte fundamental de la salud pública, y que la aproximación a estas enfermedades está incompleta sin la participación de microbiólogos e infectólogos. Raquel Serrano