Un hospital cambia la válvula mitral sin parar el corazón ni abrir el pecho
La intervención con catéter y herida pequeña salva a los mayores no operables
Los cardiólogos del hospital Germans Trias de Badalona cambian la válvula mitral a enfermos inoperables sin abrir el pecho, con una pequeña incisión junto al corazón y un catéter. Y sin parar el corazón. La mitral es la segunda valvulopatía más frecuente, del 5% al 7% entre los mayores de 65 años.
Como ocurrió cuando hace diez años se empezaron a implantar válvulas aórticas mediante un catéter introducido por la ingle, el equipo de Can Ruti está convencido de que el sistema va a cambiar las rutinas quirúrgicas de la segunda valvulopatía más frecuente. El nuevo procedimiento está empezando con pacientes mayores a los que falla la válvula mitral y que no podrían soportar una operación a corazón abierto. La edad es uno de los factores esenciales para ser excluidos del quirófano. “Son muchos pacientes, es el segundo problema de válvulas más frecuente y aumentará con el avance de la esperanza de vida”, señala Antoni Bayés, director del equipo de cardiología del Germans Trias.
En esta técnica no se entra por la ingle, porque la válvula mitral es más complicada que la aórtica . Esta válvula abre paso a la sangre que llega del pulmón, limpia y oxigenada, para que pase de la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo y se propulse a todo el cuerpo. La válvula debe impedir que la sangre vuelva atrás, pero eso ocurre cuando se estropea y se dilata el corazón y puede llegar a encharcar los pulmones.
La válvula nueva se introduce por una incisión entre las costillas de siete centímetros. El catéter que la contiene entra por la punta del corazón, se instala en el lugar de la válvula estropeada, que queda abierta, y se fija de nuevo a la punta del corazón. “La fuerza de la sangre que entra es importante, las valvas (son como las puertas) de la válvula están sujetas de forma natural a las paredes del ventrículo. Eso es lo que hacemos con la válvula artificial que la sustituye, sujetar las valvas y tensarlas”, explica el responsable de cirugía cardiaca, Christian Muñoz.
Sin abrir el pecho, ni el corazón; sin pararlo. “Operamos con él latiendo, igual que cuando colocamos una válvula aórtica con el catéter”, aclaran los expertos. La complejidad de la intervención, aunque corta y mucho menos cruenta, requiere un equipo de anestesia y de cardiólogos intervencionistas (los que llevan a cabo los cateterismos) entrenado y bien compenetrado. “Por eso nos han elegido como primer centro de Catalunya que las implanta”, señala Bayés. En toda España lo hacen otros cuatro hospitales. En todo el mundo se han puesto unas 600 válvulas de este tipo. En el Germans Trias ya han operado a dos pacientes, que se fueron a casa a los ocho días. “Es el primer paso de un cambio drástico. Siempre se empieza con quienes no tienen alternativa, pero el cambio en todos los pacientes será rápido”, augura Bayés.
La incidencia de la insuficiencia mitral alcanza a entre el 5% y el 7% en mayores de 65 años. Entre los pacientes de más edad, la intervención abierta para sustituirla no puede llevarse a cabo porque el riesgo sería muy superior. Ana Macpherson