La Inteligencia Artificial y su combinación con la tecnología revolucionan la oncología

En España, el cáncer es una de las principales causas de morbimortalidad. El número de cánceres diagnosticados en España en el año 2023 alcanzó los 279.260 casos y se estima que en 2040 la incidencia alcance los 341.000 casos.

La radiómica es un nuevo paradigma en el ámbito del Diagnóstico por la Imagen, que pasa de una interpretación subjetiva de las imágenes para el diagnóstico a una cuantificable a partir del análisis de datos no perceptibles por el ojo humano. Permitirá detectar y utilizar biomarcadores de imagen en conjunto con otras tecnologías como la Inteligencia Artificial o el ‘deep learning’ para la práctica clínica, creando softwares fácilmente integrables en la práctica clínica, lo que permite su usabilidad y escalabilidad.

Una de las grandes ventajas que aportará esta nueva aproximación es la elección del tratamiento más preciso para cada paciente, disminuyendo el error humano, mejorando los resultados en salud y avanzando hacia la medicina personalizada, de precisión y predictiva para darle a cada paciente el tratamiento que necesita en el momento en que lo necesita.

Agilizando además tareas mecánicas mediante la automatización

Las imágenes son la columna vertebral de la oncología intervencionista y su calidad y precisión afectarán el resultado de cualquier intervención guiada por imágenes. En el campo de la terapia intraarterial, como la quimioembolización y radioembolización, la calidad y la cantidad de información de imagen sobre el objetivo afectan directamente a todo el procedimiento en sí: precisión, complejidad, seguridad, duración y resultados. Son valores esenciales, dependiendo de la calidad de las instalaciones utilizadas para tratar al paciente.

Tener imágenes en tiempo real de TC e imágenes de Angiografía en la misma sala es una gran ventaja para mantener un alto nivel de precisión al atacar un tumor durante la embolización.  La adquisición de imágenes de TC durante las inyecciones selectivas de contraste arterial permite confirmar la posición correcta de la punta del catéter antes del tratamiento pudiendo cambiar, según la anatomía vascular. De este modo se podrá salvar el parénquima no afectado o encontrar más alimentadores para el mismo tumor, obteniendo así un tratamiento más eficaz. Nuria Barrón

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