Infección y reinfección

Por Antoni Trilla, epidemiólogo. Hospital Clínic de Barcelona.

Hace unas semanas saltaron las alarmas tras la publicación del primer caso bien demostrado de reinfección por coronavirus SARS-CoV-2, una situación previsible epidemiológicamente. Un ciudadano de 33 años, residente en Hong Kong, contrajo la Covid-19 en su forma leve-moderada (diagnóstico confirmado por PCR). Tres meses después viajó a Europa y al regresar a Hong Kong, estando asintomático, la PCR fue de nuevo positiva en el control de entrada. Los investigadores recuperaron el material del virus original y del virus de la segunda infección y gracias a la secuenciación genómica (una “huella dactilar”) determinaron que ambos virus eran genéticamente distintos. Primera infección leve-moderada, reinfección asintomática. Sucesos separados y por tanto no se trataba de la persistencia de la primera infección. Así es como se supone que debería funcionar nuestro sistema inmune. Aprende, genera anticuerpos y células con memoria inmunológica y controla mejor nuevas infecciones.

Pero (siempre hay un pero) se publicó poco tiempo después un segundo caso. Un ciudadano de 25 años, residente en EEUU, contrajo la Covid-19 en su forma leve-moderada (diagnóstico confirmado por PCR). Dos meses más tarde presentó de nuevo síntomas de Covid-19, que se agravaron (neumonía), por lo cual ingresó en el hospital, se confirmó la reinfección por PCR y se recuperó finalmente. Se secuenciaron ambos virus y resultaron distintos. Primera infección leve-moderada, segunda infección grave. Así es como no nos gusta que de vez en cuando funcione también nuestro sistema inmune. Falla en la protección inicial y hasta permite que las cosas empeoren en la reinfección.

¿El cielo se desploma sobre nuestras cabezas? Para nada. No podemos generalizar estos resultados. Con casi 30 millones de casos de Covid-19, unos cuantos casos de reinfección (hasta ahora) no deberían preocuparnos excesivamente. Necesitamos mucha más información para determinar la frecuencia real de esta situación (más pruebas PCR y más secuenciación genómica). También es importante llegar a determinar si las personas reinfectadas pueden transmitir eficazmente el virus a otras personas. Si las personas reinfectadas pueden transmitir el virus, la inmunidad de grupo será más difícil de alcanzar.

La existencia de una alta tasa de reinfección podría tener también implicaciones en el desarrollo de futuras vacunas. La capacidad del coronavirus para producir reinfecciones no significa necesariamente que las vacunas dejen de ser efectivas. Algunas vacunas requieren más de una dosis (llamada “dosis de recuerdo”) para ser efectivas y poder mantener la protección. También existe la posibilidad de que se descubran y desarrollen vacunas que únicamente sean capaces de reducir los síntomas y la gravedad de la enfermedad más que prevenir efectivamente la infección. Calma y a seguir investigando para tener mejores respuestas frente a estas preguntas.

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