El tratamiento de la estenosis aórtica con TAVI genera ahorros

Un estudio demuestra que la implantación de esta válvula implica menos costes que la cirugía convencional

A los pacientes que sufren estenosis aórtica – enfermedad de las válvulas del corazón – se les implanta una válvula aórtica a través de un catéter si no pueden someterse a una cirugía para substituir la válve el uso de esta técnica percutánea denominada TAVI (por sus siglas en inglés), que se introduce por vía femoral en la mayoría de los casos, también se puede recomendar en algunas personas con estenosis aórtica severa con riesgo quirúrgico intermedio y a partir de los 75 años de edad (y no a partir de 85, como se indicaba hasta ahora). De este modo, algunos casos nuevos, aunque operables, se debe discutir si preferiblemente de-ben ser tratados con cirugía ‘abierta’ o se opta por implantar la TAVI.

Esta prótesis ya había demostrado que ofrece una supervivencia similar a la cirugía, pero con una técnica menos agresiva y con menos complicaciones como ictus cerebral, insuficiencia renal, hemorragias o arritmias, afirma Raúl Moreno, jefe de cardiología intervencionista del Hospital La Paz, de Madrid. Además, los estudios también han revelado que la TAVI acorta la estancia hospitalaria.

Sin embargo, las administraciones sanitarias, con recursos finitos y una necesidad de hacer sostenible el sistema, a la hora de financiar esta terapia, se ven condicionadas por el coste inicial de la mis-ma. Según indica Bruno García Blanco, jefe de hemodinámica del Hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, el coste del dispositivo es elevado por el gran esfuerzo económico que se ha tenido que realizar en investigación.

Pero un estudio presentado el pasado mes de octubre en el Congreso Transcatheter and Cardiovascular Therapeutics, celebrado en Denver (Estados Unidos) de-muestra que “este elevado coste inicial puede verse compensado, e incluso sobrepasado, por un ahorro en otros costes, como los derivados de la utilización de quirófano, el tratamiento de las complicaciones y la estancia hospitalaria”, apunta Moreno.

Este estudio ha analizado la relación entre el coste y la efectividad de la TAVI en comparación con la cirugía en pacientes con estenosis aórtica y riesgo quirúrgico intermedio. Los resultados revelan que, en la hospitalización, esta técnica supuso un ahorro de 2.888 dólares en comparación con la cirugía, y que a los dos años el ahorro se situaba en 6.416 dólares. Si bien es cierto que la realidad del sistema sanitario en Estados Unidos es diferente a la española, García Blanco subraya que los resultados de estudios realizados en el Hospital Vall d’Hebron van en la misma línea. “Aunque nuestros costes sean algo diferentes, en cuanto a salarios, o costes de la estancia en la UCI u hospitalización, este estudio es favorable a la implantación de la TAVI en comparación a la cirugía”, explica.

El hecho de que esta válvula ofrezca mejores resultados clínicos que la cirugía y haya demostrado también una reducción de los costes a medio plazo “probablemente favorezca que se facilite el acceso a esta terapia”, apunta Moreno. Cabe tener en cuenta que en España el gasto en este tratamiento ha crecido en los últimos años, por el aumento del uso del mismo. Así, en 2015, se implantaron unas 1.500 TAVI en los hospitales españoles, cifra que rondó las 2.000 en 2016 y que el presente año se situará en torno a las 3.000.

Para el jefe de Hemodinámica del Hospital Vall d’Hebron, los resultados del estudio sobre el coste-eficacia de esta técnica “deben hacer ver a las administraciones públicas que, a medio plazo, va a suponer un ahorro, y que va a permitir la mejora de la calidad de vida de personas que pueden rondar los 75 años, que están en activo, en el sentido de que ayudan a cuidar de sus nietos, con lo que ello supone de descarga para sus hijos, y estos aspectos también hay que valorarlos”, apunta.

 

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