Ampliar la cantidad y calidad de la oferta de servicios que se ofrecen en farmacia es uno de los objetivos primordiales del sector. Se ha dejado atrás la venta exclusiva de medicamentos con receta para especializarse en fitoterapia, nutrición, medicina integrativa… Unos de los campos con más desarrollo en la actualidad es la dermocosmética.
Prueba de ello lo observamos en los laboratorios del sector, empresas innovadoras, con un alto valor científico donde las farmacias ejercen un potente impulso a este sector cosmético y dermatológico. Ante una alteración en la piel, el paciente mayormente acude a su farmacéutico para llevar a cabo una primera valoración. Por esta razón, no es de extrañar que sea la oficina de farmacia la que ponga en marcha la cadena asistencial, aprovechando la confianza, proximidad y preparación de estos profesionales sanitarios.
Si un paciente no ha sido diagnosticado con una patología dérmica previa, el farmacéutico se convierte en una figura crucial para derivar al dermatólogo ofreciendo medidas higiénico-dietéticas y tratamiento. Un nuevo servicio de proximidad al ciudadano. Ana Mera Albarracín. Farmacéutica