La nueva era de la revascularización coronaria
La cuarta generación de los stents da un paso más allá con los biorreabsorbibles metálicos
Sofía Larrucea
Si bien la llegada de los stents absorbibles supusieron un antes y un después en el tratamiento de la estenosis (estrechamiento) de las arterias coronarias, reduciendo el riesgo de trombos gracias a su degradación, la nueva generación de stents también biorreabsorbibles pero metálicos parece ser que han permitido dar un paso más en cuanto a seguridad y efectividad se refiere. Gracias a su material metálico, estos dispositivos son más flexibles y aportan mayor facilidad de navegación por las arterias, de manera que acceder a las lesiones de difícil acceso seguramente no será un problema en un corto plazo de tiempo. Aunque, como matiza Manuel Pan, responsable del área de cardiología del Hospital Reina Sofía de Córdoba, la facilidad de la navegación aún es “una impresión personal” debido a la carencia de estudios comparativos en pacientes.
El tiempo que estos dispositivos de magnesio tardan en desintegrarse es otro punto a favor. Si los de ácido poliláctico desaparecen por hidrólisis y tardan alrededor de tres años, los metálicos, en apenas doce meses consiguen desaparecer por completo, gracias a que los iones de calcio que tiene nuestro organismo van desplazando a los de magnesio del stent. De este modo, se podría minimizar aún más el riesgo de aparición de trombos. “Actualmente, la formación de trombos se da en aproximadamente en un 1,6% de los casos, y con los nuevos stents de metal absorbibles, podría reducirse aún más, aunque precisamos más estudios para saber con fiabilidad esta cifra”, señala el responsable del área de cardiología del Hospital Reina Sofía de Córdoba. El fármaco que ambos tipos de stents segregan también varía. Mientras que los de ácido poliláctico desprenden Everolimus, los de magnesio aportan Sirolimus. Sin embargo, su efectividad antiproliferativa sigue siendo bastante similar. “El concepto de que los stents desaparezcan ha causado una revolución. Estamos en un campo en el que mejorar cuesta mucho trabajo debido a los buenos resultados que ya ofrece la tecnología actual. Los stents absorbibles de metal podrían mejorar aún más la realidad actual”, concluye el experto Manuel Pan.
Aunque algunos especialistas como Manuel Pan son todavía muy cautos a la hora de hablar de las posibles ventajas que puede aportar la última generación de los stents absorbibles metálicos, todo parece apuntar que sus beneficios no serán pocos. “A pesar de que los nuevos stents de magnesio han sido aprobados por el mercado europeo y tienen muy buenas expectativas, necesitamos más tiempo de estudio para constatar su supremacía respecto a los de ácido poliláctico”, afirma. Efectivamente, los nuevos stents absorbibles de metal son un avance muy reciente, concretamente ha sido este mismo año cuando los especialistas de nuestro país han empezado a implantarlos. Sin embargo, todo parece indicar que sus resultados respecto a los de ácido poliláctico (que ya son muy favorables) podrán mejorar aún más. Sin olvidar que, como señala el experto Manuel Pan, “este nuevo stent también podría fomentar la competencia entre las compañías encargadas de la producción de estos dispositivos, con la consiguiente mejora en sus diseños”.