La covid duplica (incluso cuadruplica) el riesgo de ataque cardíaco o ictus hasta tres años después

La investigación de la Clínica Cleveland y la Universidad del Sur de California indica que el riesgo también fue mayor en los grupos sanguíneos A, B o AB, en comparación con el 0.

Aunque lo peor de la pandemia pasó, la covid se quedó a vivir entre nosotros y la Ciencia sigue investigando los efectos del virus SARS-CoV-2 en el organismo. Una nueva investigación dirigida por la Clínica Cleveland y la Universidad del Sur de California arroja ahora nuevos datos: la infección por covid-19 puede duplicar el riesgo de sufrir un ataque cardiaco, un accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa hasta tres años después de la infección, tanto en personas con enfermedad cardiovascular como en personas sin esos antecedentes.

“Encontramos un riesgo de salud cardiovascular a largo plazo asociado con la covid, especialmente entre las personas con casos más graves que requirieron hospitalización. Este mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular continuó tres años después de la infección por covid-19. Sorprendentemente, en algunos casos, el aumento del riesgo fue casi tan alto como tener un factor de riesgo cardiovascular conocido, como diabetes tipo 2 o enfermedad arterial periférica”, explica el autor principal del estudio, James Hilser, candidato a doctorado en la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles.

Estudios previos han demostrado que la covid aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares graves durante el primer mes tras la infección. Esta investigación, que se publica en Arteriosclerosis, trombosis y biología vascular (ATVB), una revista revisada por pares de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), examinó cuánto tiempo duró el aumento del riesgo y si éste disminuyó después de recuperarse de la infección por covid.

Para este trabajo, los investigadores revisaron los datos genéticos y de salud del Biobanco del Reino Unido (un estudio a gran escala de 503.325 adultos entre 40 y 69 años al momento de la inscripción entre 2006 y 2010), incluyendo en este caso más de 10.000 adultos (10.005): aproximadamente 8.000 que dieron positivo en la prueba de la covid entre el 1 de febrero y el 31 de diciembre de 2020 y unos 2.000 que dieron positivo en la prueba en un entorno hospitalario ese mismo año.

También se incluyeron más de 200.000 adultos (217.730) de ese Biobanco que no tenían antecedentes de infección por covid durante el mismo periodo de tiempo. Ninguno de los participantes estaba vacunado en esos momentos porque las vacunas no estaban todavía disponibles en 2020. Se evaluaron los eventos cardiovasculares adversos importantes (ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte por cualquier causa) para determinar el riesgo a largo plazo, hasta el 31 de octubre de 2022, aproximadamente tres años después.

Covid y antecedentes cardiovasculares

Tras analizar los datos, los investigadores vieron que durante el periodo de seguimiento de tres años el riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y muerte fue más de dos veces mayor entre los adultos que tenían covid y casi cuatro veces mayor entre los adultos hospitalizados con covid, en comparación con el grupo sin antecedentes de infección. Además, las personas hospitalizadas con covid sin enfermedad cardiovascular o sin diabetes tipo 2 tuvieron un 21% más riesgo de ataque cardíaco, ictus y muerte en comparación con las personas con enfermedad cardiovascular, pero sin infección por covid.

Se observó también una interacción genética significativa entre los grupos sanguíneos distintos del 0 y la hospitalización por covid: las personas con covid grave tenían un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular; sin embargo, ese riesgo era aún mayor en las personas que tenían los grupos sanguíneos A, B o AB. El riesgo de ataque cardíaco e ictus fue aproximadamente un 65% mayor en adultos con grupos A, B o AB en comparación con aquellos que tenían sangre del tipo 0. Un análisis preliminar no mostró que el tipo de sangre Rh (positivo o negativo) interactuara con la covid grave, según señalan los autores.

“En todo el mundo, más de mil millones de personas ya han experimentado la infección por covid. Los hallazgos informados no son un efecto pequeño en un subgrupo pequeño. Los resultados incluyeron a casi un cuarto de millón de personas y apuntan a un hallazgo de importancia para la atención médica mundial que puede traducirse en una explicación del aumento de las enfermedades cardiovasculares en todo el mundo”, apunta el coautor principal del estudio, Stanley Hazen, presidente de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas en el Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland y codirector de la sección de Cardiología Preventiva.

“Este interesante artículo es en realidad dos estudios en uno”, subraya Sandeep R. Das, copresidente del comité del Registro de Enfermedad Cardiovascular covid-19 de la Asociación Estadounidense del Corazón y director de calidad y valor en la división de Cardiología del Centro Médico UT Southwestern en Dallas. “En primer lugar, los autores muestran que haber sido hospitalizado con covid es un marcador de mayor riesgo cardiovascular, a la par que tener un diagnóstico preexistente de enfermedad cardiovascular. Aunque es muy difícil demostrar una causa y efecto directos en un estudio que solo analiza datos pasados ​​recopilados para otros fines, este hallazgo es importante porque sugiere que se debe considerar un historial de hospitalización previa por covid, incluso sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, para iniciar y posiblemente acelerar los esfuerzos de prevención de eventos cardiovasculares. Si la infección grave por covid tiene un impacto directo en el sistema vascular también es un área de estudio interesante”.

Das añade que la segunda parte de este trabajo “analiza la relación entre el tipo de sangre (sistema AB0) y los resultados de la covid. Los datos muestran que algo ubicado cerca del origen genético del grupo AB0 está asociado con diferentes grados de susceptibilidad a covid. Esto es realmente fascinante y espero que los científicos descubran cuál puede ser la vía específica”. Rocío R. García-Abadillo

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