El coronavirus no se extinguirá, entonces, ¿cómo evolucionará?
Si las actuales variantes siguen circulando, no habrá una gran ola en otoño.
Tras más de dos años de pandemia de covid, 28 meses en España, vivimos casi como si ya no existiera. Varias veces se ha augurado su final y se ha reavivado. ¿Volverá a ocurrir? ¿Es más impredecible que cualquier epidemia previa? Tres acreditados expertos la escanean. El virólogo Adolfo García Sastre advierte que “sería extremadamente inesperado que el virus desapareciera”.
Así que, ¿qué evolución se puede esperar?
¿LA EPIDEMIA MÁS LARGA?
A muchos se lo parecerá, pero la covid no es la pandemia más larga vivida por la humanidad. “Sin ir más lejos, convivimos con el VIH-sida desde hace 40 años, sin que hayamos logrado erradicar el virus ni una vacuna, aunque con tratamientos, se ha podido cronificar con buena calidad de vida para los pacientes y reducir la mortalidad (por desgracia, de forma desigual en el mundo)”, recuerda Antoni Trilla, especialista de medicina preventiva y epidemiología del hospital Clínic y decano de la facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona.
¿LA MÁS IMPREDECIBLE?
“Todas las pandemias son infrecuentes y por ello impredecibles. Puede que no se repita algo así en varias generaciones. O que sí”, dice García Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes en la escuela y hospital Mount Sinai de Nueva York.
“Sí que, en el último siglo, la covid es la que nos ha sorprendido y golpeado más –reconoce Trilla–. Llegó a un mundo que se creía seguro, confiado en que las pandemias se controlaban poco más que en origen; no se esperaba la mortalidad de las primeras olas, la saturación sanitaria, tener que adoptar medidas tan drásticas ni que el virus perdurara tanto. Eso ha tenido graves efectos sanitarios, sociales, económicos.”
Los dos expertos han estudiado la gripe de 1918, a la que se ha comparado la covid. Pero no las creen comparables, como mucho, solo en el impacto social. Trilla recuerda que a esa gripe se le atribuyen al menos 50 millones de muertes en un mundo de 2.000 millones de habitantes. La covid ha causado 6,4 millones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 572 millones de contagios declarados (7% de la población).
“Nos sorprendió la covid, pero hemos sido capaces, en menos de un año, de crear vacunas que controlan la gravedad y la mortalidad. El virus se enfrenta a la inmunidad de los vacunados y de los que lo han pasado”, apunta Trilla. La gripe de 1918 se dio en una sociedad sin tratamientos, ni ucis, ni oxígeno, ni vacunas. Evolucionó sin contención.
García Sastre apunta que además se sabe poco de esa pandemia de 1918, porque no se tenía la capacidad científica actual. No se sabe si el virus mutó, ni cuánto duró la epidemia en realidad (se habla de dos años). “Si los casos de covid de ahora, más leves, con menor mortalidad, se hubieran dado entonces, se pensaría que la epidemia había acabado”, dice.
Ahora, la covid no se da por terminada, el virus sigue infectando, se conocen nuevas variantes o subtipos. La OMS ha avisado que en Japón y EE.UU. hubo todavía casi un millón de casos la semana del 18 al 24 de julio o medio millón en Alemania, Francia e Italia. Y eso, aunque la mayoría de países han reducido mucho las pruebas diagnósticas. La OMS teme más oleadas y aboga por seguir vacunando. Se prevé que en otoño, se habrán adaptado las vacunas a las últimas variantes del virus.
LA COVID ES OTRA
“Aunque la pandemia no es como antes, causa infecciones, pero menos graves”, insiste García Sastre. Coincide con él Tomàs Pumarola, jefe de microbiología del hospital Vall d’Hebron barcelonés. Señala que “el virus se vuelve más transmisible y menos virulento; hay un abismo entre la gravedad de los casos y la mortalidad de las primeras olas con la última”. Daña menos los pulmones, casi no hay ingresos por neumonía bilateral, la mayoría de hospitalizados son personas de más edad o salud delicada a las que la infección desestabiliza (y aún mata, pero menos que antes), a quienes hay que proteger más. “Hay una progresiva adaptación entre el virus y nosotros. Soy optimista, creo que esto va de baja”, dice el microbiólogo.
¿SEGUIRÁN LAS OLAS?
“Pese a la situación actual de menor gravedad, no sabemos con seguridad si habrá otro episodio grave, es improbable, pero no imposible. Esa incertidumbre más la capacidad del virus de infectar hacen que aún se lo tema”, señala García Sastre. Puede haber más olas, afirma, dependerá de si surgen variantes más distintas de los tipos de ómicron que circulan (BA.5, BA.4 y BA.2). Ahora, si la circulación de estas subvariantes se alarga este verano, podría no haber una gran ola de casos en otoño, vaticina el virólogo. Cada vez más personas han pasado la covid y eso genera tanta o más inmunidad que una dosis de vacuna.
¿UNA VARIANTE RADICALMENTE DISTINTA?
“Puede aparecer una variante que escape a toda inmunidad, pero es lo menos probable –cree Trilla–. No es porque el virus se vuelva tonto, sino que tiene diversos mecanismos de ataque y disponemos de más barreras que en el 2020, muchas personas han pasado la covid, hay vacunas, antivirales; hay mas inmunidad y es más sofisticada que solo el nivel de anticuerpos. Se dice que las vacunas, al ser con las variantes iniciales, ya no funcionan y no es cierto, una parte del virus se mantiene”.
“La inmunidad vacunal contribuye mucho, en personas sin esta inmunidad, el virus se replica más, aumenta el riesgo de una infección grave. Una nueva variante o subvariante puede causar más problemas porque se transmite más, pero no evade la inmunidad por completo, tiene más difícil causar una infección grave. No podemos decir cómo sería la epidemia a estas alturas o como se comportaría el virus sin las vacunas”, indica García Sastre. Y añade que “es difícil predecir las variantes porque la evolución de un virus puede durar años y años, hasta miles. No sabemos si llegará un momento en que ya no pueda mutar más o lo haga indefinidamente, que lo hacen pocos”.
Pumarola piensa igualmente que es difícil de predecir, pero no espera que surja una variante radicalmente distinta y virulenta.
¿SE HARÁ ESTACIONAL?
Hasta ahora, la dinámica ha sido que surge una variante con suficientes cambios para evadir la inmunidad, ser más transmisible, genera una oleada de casos, con muchos infectados, vacunados o no, hubieran pasado la covid antes o no, dice Trilla. Como hay menos casos graves, mejora el panorama clínico. El epidemiólogo agrega que seguramente una de esas variantes del virus se acabará quedando. Los virus respiratorios se suelen intensificar con el frío, suelen dar más casos en invierno. “A largo plazo seguro que tendrá estacionalidad, de momento, van saliendo variantes con suficiente capacidad para ir infectando en olas”, señala Trilla.
“Es muy difícil que no se haga estacional –coincide García Sastre– y como los virus respiratorios se propagan mejor en las estaciones frías, cuando más personas están en lugares cerrados, sí, seguramente aumentará la transmisión de nuevo en otoño, pero como decía, si no cambian mucho las variantes dominantes, igual no genera una gran oleada. Aunque se ven muchas reinfecciones, al mes de haberlo pasado, puedes cogerlo de nuevo”.
“Con todo, no creo que sea necesario volver a las medidas del 2020. El virus sigue causando problemas, pero no significa que vayamos a volver al principio. Si se sigue comportando como hasta ahora, lo lógico sería olas más separadas, claramente estacionales, aunque no sé cuando llegaremos a eso”, indica García Sastre.
Pumarola cree que este coronavirus “aún ocupa un nicho biológico importante; hay debate científico al respecto, pero si en el 2020-21 ocupó el lugar de la gripe y otros virus estacionales, este invierno ha habido poca, pero algo de gripe, lo que indica que el coronavirus se irá reduciendo. Cada vez hay más personas inmunizadas”. Él espera que las oleadas de contagios sean cada vez más benignas.
¿PUEDE DESAPARECER EL VIRUS?
“Va a seguir, más o menos frecuente. No hay ninguna duda. Es imposible erradicarlo, sería extremadamente inesperado que desapareciera, que se extinguiera, porque es evidente que aún somos susceptibles a él si va causando contagios. Además la situación de inmunidad es diferente en las distintas regiones del mundo”, asegura rotundo García Sastre. Marta Ricart