Una vacuna gratis para quienes visiten Cuba
Mientras La Habana prepara la vacuna Soberana 02, espera que Biden levante restricciones sobre el turismo estadounidense en la isla
La fabricación de la vacuna se suma a la buena gestión de la pandemia: solo han muerto 308 personas. Los expertos apuntan que el levantamiento de restricciones de Biden podría llegar “en las próximas semanas”
Si, tal y como se espera, la Administración de Joe Biden anuncia este mes de marzo el levantamiento de algunas de las restricciones sobre viajes entre EE.UU. y Cuba, los ciudadanos estadounidenses podrían encontrarse con una muy grata sorpresa: vacunas anticovid diseñadas y fabricadas en la isla que se administrarán de forma gratuita a todos los visitantes.
El sector de biotecnología en La Habana –compuesto por un conjunto de laboratorios todos gestionados por el Gobierno– está desarrollando cuatro vacunas y la que se encuentra en fase más avanzada, conocida como la Soberana 02, está a punto de entrar en la tercera fase de pruebas .
Con 42.000 voluntarios en Cuba y unos 100.000 en Irán, se espera que la vacuna logre la luz verde del regulador farmacéutico cubano – el Central para el Control Estatal de Medicamentos , equipos y dispositivos (Cecmed)– a mediados de marzo.
Los ejecutivos de BioCubaFarma, el grupo empresarial estatal responsable de investigación y desarrollo de las vacunas, calculan que –siempre que las pruebas vayan bien– Cuba puede fabricar este año 100 millones de dosis, suficiente para proteger a los 11 millones de ciudadanos cubanos y exportar lo que queda a países como Irán, India, Pakistán, Venezuela, Bolivia y Vietnam.
“Es muy probable que saquen buenos resultados en las pruebas porque esta vacuna está elaborada a partir de una plataforma ya existente”, explica Helen Yaffe, economista especializada en Cuba de la Universidad de Glasgow y autora del libro We are Cuba (Yale University, 2020).
Al igual que las vacunas chinas, Soberana 02 no tiene que ser almacenado en temperaturas muy bajas, así que es de mayor utilidad en países en desarrollo que la nueva generación de vacunas como la de Pfizer. Cuba tiene una amplia experiencia en la fabricación y distribución de vacunas desde que una epidemia de dengue afectó la isla en los años ochenta y convenció al Estado cubano de la necesidad de dar prioridad a la biotecnología. Hoy en día, ocho de las once vacunas administradas a los niños cubanos se fabrican en la isla.
La economista Yaffe, que visitó La Habana en enero y ha hablado con los gestores de los llamados polos científicos donde se encuentran los laboratorios de biotecnológica, confirma en una entrevista a este diario que “van a ofrecer gratuitamente vacunas para todos los turistas y visitantes a la isla”. Eso sí, el probable calendario de la vacunación con Soberana 02 –tres dosis administradas a lo largo de seis semanas– limitaría su utilidad para las visitas de corta estancia.
La fabricación de la nueva vacuna se suma a la gestión eficaz de la pandemia en Cuba. Gracias al uso de cuarentenas estatales y un sistema publico de sanidad con presencia en todos los barrios, solo se han contagiado 47.000 personas en la isla.
Es más, gracias a la eficacia del cóctel de fármacos utilizado en el tratamiento de la enfermedad –la mayor parte, de fabricación nacional-, solo han muerto 308 personas. Son los mejores resultados de América Latina. Para comparar, en la isla caribeña vecina de República Dominicana, con una población casi igual, han muerto 3.000 de los 240.000 contagiados.
Expertos consultados en Washington esperan que la nueva Administración demócrata levante las restricciones sobre viajes a Cuba conforme se recupere la política de apertura adoptada por la administración de Barack Obama de la que Biden fue vicepresidente. Unos 600.000 estadounidenses visitaron Cuba entre el 2016 y el 2018, diez veces más que antes de la apertura de Obama.
“Creo que habrá una recuperación importante de viajes de EE.UU. a Cuba y habrá un elemento de turismo de vacunas sobre todo para jóvenes, que son los últimos de la cola para las vacunas aquí”, cuenta Peter Kornbluh, autor de Back channel to Cuba, que ha trabajado como guía en viajes educativos y culturales a Cuba.
En un momento de desabastecimiento en regiones como Europa, la vacuna cubana es “una victoria en varios frentes, sanidad publica, economía y diplomacia humanitaria”, apunta Kornbluh.
Es aún más llamativo cuando se tiene en cuenta la grave crisis por la que atraviesa la economía cubana tras el colapso de su principal fuente de divisas, el turismo, provocado por la pandemia y agravado por las sanciones implementadas por la administración Trump. Estas incluyeron la decisión –días antes de las elecciones de noviembre– de añadir a Cuba en el listado de estados calificados por EE.UU. como patrocinadores del terrorismo.
Existe una “dicotomía infernal”, explica la economista Yaffe. Cuba ha logrado diseñar y fabricar su propia vacuna, pero, en ocasiones, durante los últimos meses “ha habido escasez de jeringas –detalla–. Tienen suficientes para la vacunación, pero, debido al embargo, les cuesta mucho más”. Biden ha dejado entrever que pretende volver a la política de acercamiento diplomático de los años de Obama, pero, más de un mes después de su inauguración, aún no ha anunciado ninguna medida de apertura.
“Cuento con que muchas de las restricciones de la era Trump en el área de viajes y remesas sean eliminadas, y tal vez recupere acuerdos en áreas como la sanidad, cooperación judicial y cuestiones de derechos de propiedad”, augura Geoff Thale, de la influyente oenegé Washington Office on Latin America (WOLA). Ricardo Herrero, director de Cuba Study Group en Washington, espera que el levantamiento de restricciones sobre viajes y remesas tenga lugar “en las próximas semanas”.
Se espera también la reapertura parcial de la embajada estadounidense en La Habana. Esto ayudará a ciudadanos cubanos a solicitar visados para visitar EE.UU. sin tener que ir a un tercer país.
Biden probablemente volverá a bloquear –al igual que todos los presidentes anteriores a Trump– la aplicación de los títulos tres y cuatro de la ley Helms Burton, que permiten demandar a inversores extranjeros que utilicen activos expropiados tras la revolución cubana de 1959.
Pero la victoria de Trump en Florida –donde movilizó con éxito el voto conservador cubano americano– puede pesar sobre la política cubana del nuevo presidente demócrata. “Es altamente improbable que Biden elimine las órdenes ejecutivas de Trump de un plumazo; no querrá perder ni un penique de capital político”, apunta Ricardo Herrero.
Tampoco es probable que los demócratas intenten aprovechar su mayoría en las dos cámaras para levantar el embargo a Cuba. “Bob Menendez sería el primero en bloquearlo”, dijo Herrero en referencia al veterano demócrata cubano americano que ya es presidente del Comité de Relaciones Internacionales en el Senado. Andy Robinson