AstraZeneca reduce las entregas de sus vacunas a Europa
Los volúmenes serán inferiores a las previsiones iniciales, por retrasos de la fabricación
El suministro de vacunas de la covid a la Unión Europea ha sufrido un nuevo golpe con el anuncio de la farmacéutica AstraZeneca que no va a cumplir el ritmo de entregas al que se había comprometido durante el primer trimestre del año a causa de un problema en la cadena de suministro. Esta vacuna es la que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) tiene previsto aprobar la próxima semana, el 29 de enero, y de la cual la Unión Europa tiene adquiridas 400 millones de dosis.
“Los volúmenes iniciales serán inferiores a las previsiones iniciales a causa de un rendimiento reducido de una planta de fabricación en nuestra cadena europea de suministro”, dijo un portavoz de la compañía en una declaración escrita, sin precisar más detalles. La empresa informó ayer del retraso a los representantes de los 27 países miembros. El portavoz de AstraZeneca también añadió que “suministraremos decenas de millones de dosis en febrero y marzo a la Unión Europea, y continuaremos aumentado los volúmenes de producción”.
La Comisión Europea y los estados miembros expresaron su “profunda insatisfacción” por el anuncio, escribió en Twitter la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, que añadió que “insistimos en un calendario de entregas preciso sobre la base del cual cada estado podrá planificar sus programas de vacunación”. Bruselas continuará insistiendo a AstraZeneca para que tome medidas que aumenten la predictibilidad y la estabilidad de sus entregas, así como que acelere la distribución de las dosis.
Es el segundo retraso que sufren las farmacéuticas que proporcionan vacunas contra la covid a la Unión Europea. El primero fue el que reconoció Pfizer el 15 de enero, atribuyéndolo a trabajos de mejora en su factoría de Bélgica. Supone ralentizar las entregas en un periodo de tres o cuatro semanas, aunque la farmacéutica se comprometió a recuperar el terreno perdido a final de marzo. Dio garantías a la Comisión Europa de que al final del primer trimestre habría entregado el total de vacunas comprometido.
En total, la Comisión Europa tiene contratado un paquete de 2.300 millones de dosis con seis farmacéuticas, entre las cuales están las dos con vacunas ya autorizadas que se están utilizando, Pfizer, a la que se han comprado 600 millones de dosis, y Moderna, con 160 millones. AstraZeneca será la tercera que podrá utilizarse en la Unión Europa, y es muy esperada, tanto para aumentar la disponibilidad de vacunas en el tiempo más breve posible, como porque es la más barata y es fácil de transportar. No tiene las dificultades logísticas de Pfizer, que necesita una conservación de las dosis a menos de 70 grados centígrados.
La vacuna AstraZeneca, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford, es un inmunógeno con vector viral, es decir, que utiliza como base otro virus que ha sido transformado y adaptado para combatir la covid. Funciona preparando al organismo para que sea capaz de defenderse por sí solo contra la infección del coronavirus. El Reino Unido fue el primero que la autorizó y ya se está utilizando en aquel país.
El anuncio de este retraso llegó al día siguiente de una videoconferencia de los 27 jefes de Gobierno de la Unión Europea en la que insistieron en la necesidad de acelerar el suministro de las vacunas y en limitar al máximo los viajes “no esenciales”. Siguiendo esta recomendación, ayer Bélgica anunció que prohibía los viajes no esenciales durante el mes de febrero. “No vamos a construir un muro alrededor de nuestro país, pero limitamos los desplazamientos”, dijo el primer ministro Alexander De Croo. Entre los viajes considerados esenciales están los desplazamientos por motivos familiares, estudios, cuestiones médicas o viajes profesionales. Jaume Masdeu
Aumenta la demanda de ansiolíticos
La pandemia está provocando un incremento de las consultas por ansiedad. Y asimismo se observa “un mayor consumo de tóxicos con finalidad ansiolítica, como el alcohol, y una tendencia al abuso de la medicación ansiolítica”.
Así lo señala el psiquiatra del hospital Universitario de Torrejón, Alberto Garradés, en un contexto en el que se mezcla el miedo que genera el contagio a la crisis económica y social. El informe realizado por los profesionales del área de Salud Mental del grupo Sanitario Ribera alerta que un 20% de las personas infectadas con covid desarrolla “algún trastorno psiquiátrico, como altas tasas de ansiedad, depresión y trastornos de estrés postraumático”. Un diagnóstico que, según se indica, se suele dar en un plazo máximo de tres meses tras haber sufrido la enfermedad. Durante el confinamiento, el consumo de ansiolíticos se incrementó entre un 10 y un 15%, lo que refleja el impacto emocional en todos los colectivos, según el Consejo General del Colegio de Farmacéuticos. Todo ello en un contexto previo en el que el consumo de este tipo de medicamentes ha ido creciendo drásticamente en España, que se situaba antes de la pandemia como segundo país en Europa.