Cáncer de pulmón: el 63% de pacientes sufren disfunción sexual

El estudio ‘Lúdicas’, del GECP, demuestra la importancia de tener en cuenta las secuelas de las terapias sobre la salud y la calidad de vida.

El estudio iberoamericano Lúdicas del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), dedicado a la investigación clínica independiente, pone de relieve que el aumento de la supervivencia entre las personas, hombres y mujeres, con esta enfermedad obliga a tener en cuenta efectos secundarios de las terapias oncológicas sobre la salud (cardiovascular, renal, endocrina, etc.) y sobre aspectos de relevantes de la calidad de vida, como es el caso de la sexualidad.

El estudio, presentado días atrás en la conferencia anual (WCLC24, por sus siglas en inglés) de la Asociación Internacional para el Estudio del Cáncer de Pulmón (IASLC, por sus siglas en inglés) celebrado en San Diego, California, indica que un 63,3% de los pacientes con cáncer de pulmón reconoce tener problemas en su salud sexual tras iniciar el tratamiento.

Aylen Vanessa Ospina, oncóloga del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, miembro del GECP e investigadora principal del Lúdicas, que ha asistido al congreso anual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), que se celebró este mes en Barcelona, ha explicado que el estudio ha recabado datos de 448 pacientes, la mayoría en tratamiento activo, procedentes de 24 hospitales españoles, portugueses, argentinos y colombianos.

Además de la alta prevalencia de la disfunción sexual entre los pacientes con cáncer de pulmón tras iniciar el tratamiento oncológico también ha revelado una importante disparidad de sexo y género en la presentación de este trastorno, siendo las mujeres las más afectadas.

“Es necesario implementar cribado y soporte adicional para la disfunción sexual en pacientes femeninas con cáncer de pulmón. Debemos de tener en cuenta que, pese que ha sido una neoplasia en anteriores décadas más predominante entre los hombres, en la actualidad existe un incremento de la incidencia entre el sexo femenino”, ha manifestado Ospina.

El Lúdicas, de hecho, es un proyecto que surgió de otro estudio, el Clarify, que evidenció que el 76% de las mujeres con cáncer presentan alternaciones en su función sexual.

Otro dato relevante del Lúdicas es que el 88,8% pacientes participantes en la investigación consideran muy importante la valoración de la disfunción sexual durante el tratamiento para mejorar su calidad de vida.

Se trata de una evidencia que, en opinión de Ospina, obliga a los oncólogos, por un lado, a preguntar a los pacientes por esta cuestión; y, por otra, a derivarlos a equipos multidisciplinares que puedan tratar de ofrecerles una solución integral (psicológica, sexológica, ginecológica, urológica, etc.).

Un problema infrarreconocido

A su juicio, la disfunción sexual está infrarreconocida e infraevaluada por los profesionales sanitarios; sin embargo, “un 88,3% de los pacientes incluidos en el estudio la consideran importante en el mantenimiento de su calidad de vida”, asegura.

Además, un 10% de las personas incluidas en el estudio reconoce alguna mejoría de su función sexual tras acabar el tratamiento oncológico, sin embargo, el 63% de los pacientes no pueden suspenderlo por el estado avanzado de la enfermedad.

“El paciente en tratamiento por cáncer de pulmón y su pareja no saben que su sexualidad puede verse afectada, que pueden manifestar lo que les está pasando y que puede haber un manejo una vez se estabilice la enfermedad, y hay que informarles de todo ello”, ha defendido Ospina. Carme Fernández (DM)

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