La exposición a la luz natural podría ayudar a tratar y prevenir la diabetes tipo 2
Según un reciente estudio de la Universidad de Maastricht, la exposición a la luz natural es beneficiosa para el metabolismo y podría ayudar con el tratamiento y la prevención de la diabetes tipo 2 y otras afecciones metabólicas, como la obesidad.
Mejorar el control del azúcar en sangre puede ser una tarea nada costosa, al igual que aumentar la exposición diurna a la luz natural, que, incluso, podría ayudar a tratar y prevenir la diabetes tipo 2, según sugiere una nueva investigación presentada en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), que se celebra estos días en Hamburgo (Alemania).
“La luz natural es la señal ambiental más potente del reloj circadiano, pero la mayoría de las personas pasan muchas horas en el interior de edificios y, por lo tanto, bajo iluminación artificial constante”, según Ivo Habets, de la Universidad de Maastricht, (Países Bajos), quien codirigió la investigación, centrada en averiguar si aumentar la exposición diurna a la luz natural mejoraría el control del azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2.
Para explorar esta hipótesis, Habets y su equipo llevaron a cabo una serie de pruebas metabólicas en un grupo de personas con diabetes tipo 2 cuando fueron expuestas a luz natural y cuando estubieron solo con luz artificial y compararon los resultados.
Los participantes fueron expuestos a dos condiciones de iluminación durante el horario de oficina (de 8 a. m. a 5 p. m.) de forma cruzada aleatoria: luz natural de las ventanas e iluminación LED artificial. Hubo un intervalo de al menos cuatro semanas entre las dos intervenciones, cada una de las cuales duró 4,5 días. Durante la intervención con luz natural, la intensidad de la luz solía ser máxima a las 12:30 p.m., con una lectura promedio de 2453 lux. La luz artificial era de 300 lux constantes.
Las noches las pasaron con poca luz (menos de 5 lux) y el período de sueño (de las 23:00 a las 7:00 horas) en la oscuridad. Los participantes recibieron comidas estandarizadas, lo que significa que comieron la misma comida en ambas intervenciones. Los niveles de azúcar en sangre se registraron continuamente mediante monitores colocados en la parte superior del brazo y se realizaron una serie de otras pruebas el último día y medio de cada intervención.
El día 4, se midieron el metabolismo del sustrato durante 24 horas, el gasto de energía en reposo y la tasa de intercambio respiratorio (esto proporciona una indicación de si se están utilizando grasas o carbohidratos como fuente de energía) cada cinco horas y se extrajo sangre para evaluar los metabolitos circulantes. Se midió la temperatura corporal central durante 24 h. El metabolismo del sustrato, el gasto energético en reposo, la tasa de intercambio respiratorio y la temperatura corporal central siguen un ritmo de 24 horas y los investigadores querían ver si esto difería en las dos condiciones.
El día 5 (el último medio día), se tomó una biopsia muscular en ayunas para evaluar la expresión del gen del reloj, la actividad de genes que se sabe que están involucrados en el reloj circadiano. Luego se llevó a cabo una prueba de comida mixta (MMT), una medida de la producción de insulina.
Los niveles de glucosa en sangre estuvieron dentro del rango normal (4,4-7,8 mmol/L) durante más tiempo durante la intervención con luz natural que con la intervención con luz artificial (59% de los 4,5 días frente a 51%).
La tasa de intercambio respiratorio fue menor durante la intervención con luz diurna que durante la intervención con luz artificial, lo que indica que a los participantes les resultó más fácil pasar del uso de carbohidratos a grasas como fuente de energía cuando se expusieron a la luz natural.
El gasto de energía en reposo y la temperatura corporal central siguieron patrones similares de 24 horas en ambas condiciones de luz. Los niveles de insulina sérica, medidos durante el MMT, fueron similares en ambas condiciones de luz, pero el patrón de glucosa sérica y ácidos libres plasmáticos fue significativamente diferente entre las condiciones.
Beneficios
Los resultados, particularmente el mejor control del azúcar en la sangre, durante la invención de la luz natural, sugieren que la exposición a la luz natural es beneficiosa para el metabolismo y, por lo tanto, podría ayudar con el tratamiento y la prevención de la diabetes tipo 2 y otras afecciones metabólicas, como la obesidad, según Habets.
“Nuestra investigación muestra que el tipo de luz al que estás expuesto es importante para tu metabolismo. Si trabaja en una oficina casi sin exposición a la luz natural, tendrá un impacto en su metabolismo y su riesgo o control de diabetes tipo 2, así que trate de aprovechar la mayor cantidad de luz natural posible e, idealmente, salga al aire libre cuando pueda”, agregó.
Los autores consideran que todavía se necesitan más investigaciones para determinar hasta qué punto la luz artificial afecta el metabolismo y la cantidad de tiempo que se necesita pasar bajo luz natural o al aire libre para compensar esto. RV. Ana Mera, farmacéutica. Barcelona