Síntomas persistentes
Antoni Trilla, epidemiólogo. Hospital Clínic. Barcelona.
Miles de pacientes en todo el mundo que han superado la Covid-19, especialmente en sus formas graves, y que se han dado de alta hace ya un tiempo se enfrentan a una situación complicada: su recuperación no es nada fácil ni rápida. Algunos problemas de salud (físicos, psíquicos, emocionales) persisten durante semanas o meses. No sabemos si pueden durar más. Es aún demasiado pronto para determinar cómo va a ser su recuperación y cómo podemos ayudar a estos pacientes. En dos series de pacientes recientemente publicadas se analizan los problemas de salud principales persistentes.
La serie italiana incluye 143 pacientes (edad media: 56 años) ingresados en el hospital por formas graves de la Covid-19 (diagnóstico confirmado por PCR). Un 72% presentó neumonía y un 13% ingresó en UCI. Un mes después del alta (con una PCR negativa) y dos meses desde el inicio de síntomas, solo un 20% de los pacientes no presentaba síntomas persistentes. Por el contrario, más de la mitad presentaban tres o más síntomas persistentes. Los síntomas persistentes más habituales (más del 20% de casos) eran fatiga, dificultad al respirar, dolor articular y dolor torácico.
La serie norteamericana incluye 292 pacientes (edad media: 42 años) que habían superado formas leves de la Covid-19 (diagnóstico confirmado por PCR). Un 65% de los pacientes se había recuperado totalmente en 7 días, pero el 35% manifestó que 2-3 semanas después del diagnóstico no había recuperado la normalidad. Los síntomas persistentes más habituales (más del 30% de casos) eran tos, fatiga y dificultad al respirar. La pérdida de gusto y olfato, así como un cierto estado de confusión o de falta de atención, eran también habituales (20% de los casos).
Ambos estudios confirman que para muchos pacientes que han superado la fase aguda de la Covid-19 (formas graves o leves) pueden transcurrir semanas o meses hasta que los síntomas desaparezcan y recuperen su estado de salud previo. Los pacientes de mayor edad y aquellos que presentan otras enfermedades previas son más propensos a la persistencia de síntomas. Estos hallazgos tienen implicaciones para comprender mejor los efectos a largo plazo de la Covid-19. La convalecencia de esta enfermedad puede ser prolongada, incluso en adultos jóvenes previamente sanos. Es necesario efectuar un seguimiento adecuado de los pacientes que han superado la Covid-19 para evaluar y tratar de prevenir o reducir los efectos de la enfermedad a largo plazo.
El mensaje de salud pública es claro: la Covid-19 puede ser también una enfermedad de larga duración para cualquier paciente. Las medidas de prevención individual (distancia, manos, mascarilla) y de distanciamiento social (evitar aglomeraciones en espacios cerrados, evitar reuniones en grupos numerosos) son las que más nos pueden ayudar a reducir el número de casos. Si hay menos casos, habrá menos casos graves y menos casos con síntomas persistentes. Ganamos todos.