Hacia el fin del síndrome de fatiga crónica
El síndrome de fatiga crónica o SFC es una afección potencialmente debilitante que puede afectar gravemente su calidad de vida, pero una combinación de selenio y coenzima Q10 es prometedora.
Un gran número de personas en todo el mundo padecen una afección crónica llamada síndrome de fatiga crónica (SFC), que también se conoce como encefalomielitis miálgica (EM). Esta enfermedad neuroinflamatoria de origen desconocido, difícil de diagnosticar, presenta una amplia gama de síntomas que pueden agotar la energía de las personas hasta el punto de incapacitarlas para gestionar adecuadamente su trabajo y su vida diaria.
Los síntomas típicos son una sensación constante de cansancio (incluso después de descansar o dormir), trastornos del sueño, problemas de memoria y concentración y dolor físico. Actualmente no existe una terapia dirigida que pueda abordar la causa subyacente, pero un estudio realizado por investigadores de las dos universidades, la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat de Barcelona en España, señala que una combinación de dos nutrientes tiene un potencial terapéutico.
Coenzima Q10 y selenio
En su estudio1, publicado en la revista científica Antioxidants & Redox Signaling, probaron la complementación diaria con 400 mg de coenzima Q10 de grado farmacéutico y 200 microgramos de levadura de selenio en 27 pacientes diagnosticados con SFC. La coenzima Q10 es un componente clave del metabolismo energético celular y también sirve como un potente antioxidante. El selenio apoya diferentes mecanismos antioxidantes en el cuerpo y actúa sinérgicamente con la coenzima Q10. El poder de esta combinación quedó demostrado en un gran estudio sobre salud cardiovascular (KiSel-10) que se publicó en 2013 en International Journal of Cardiology.
Hay una creciente cantidad de evidencia que sugiere que el SFC/EM está asociado con mitocondrias disfuncionales (las centrales eléctricas productoras de energía en las células) y estrés oxidativo causado por la inflamación crónica. Por lo tanto, tenía mucho sentido utilizar la combinación de estos dos nutrientes.
Mucho menos fatiga
En el estudio, que fue un ensayo exploratorio abierto, todos los sujetos recibieron la combinación de coenzima Q10 y levadura de selenio durante ocho semanas. Después de la intervención, los investigadores analizaron los resultados para tener una idea del resultado. Descubrieron que la complementación mejoraba significativamente la gravedad de la fatiga general y la calidad de vida global. No se encontró ningún impacto significativo en la calidad del sueño. Sin embargo, encontraron una capacidad antioxidante total significativamente mayor, lo que fue respaldado por el hecho de que había muchos menos signos de daño oxidativo causado por la inflamación crónica.
Basándose en sus hallazgos, los científicos plantearon la hipótesis de que la complementación a largo plazo con coenzima Q10 y selenio podría tener un impacto positivo en el SFC/EM.
Intervención segura y eficaz
Teniendo en cuenta que tanto la coenzima Q10 como el selenio son componentes muy importantes y biológicamente activos en el cuerpo humano que apoyan una variedad de funciones corporales diferentes, especialmente aquellas que son relevantes para el metabolismo energético y los mecanismos de defensa contra la inflamación, hay razones para creer que podrían representar una valiosa herramienta terapéutica para el tratamiento futuro del SFC/EM. Se necesitan más estudios para establecer la duración óptima de la intervención y la dosis óptima de los dos nutrientes. Pero parece ser seguro y eficaz. Además, el selenio y la coenzima Q10, administrados solos o en combinación, tienen un efecto bien establecido sobre diversas afecciones de salud. Rv. Ana Mera, farmacéutica. Barcelona